«En 1996, cuando me incorporé a la Universidad Nacional de Quilmes, esa notable casa de estudios del conurbano bonaerense carecía de infraestructura informática. Me tocó a mí desarrollarla junto a un magnífico grupo de compañeros y compañeras. Varios años trabajé para alcanzar ese objetivo, que culminó con el inicio de conversaciones con la Universitat Oberta de Catalunya para instalar la primera universidad virtual del país.»
