«Desde el espacio de Bordón, en el que yo participaba, me encargué una vez más del recuento de los votos, como lo había hecho en oportunidades anteriores. Cuando empezaron a llegar los resultados de la Ciudad de Buenos Aires, donde Chacho tenía mucha fuerza, nos dimos cuenta que ganaba Bordón. Así fue como lo llamé a su casa de Mendoza y le insistí para que viniera, con el argumento de que, si le estaba yendo así de bien en la Ciudad de Buenos Aires, era seguro que ganaba la interna. Guardo una foto en la que aparece Bordón abrazándome, cuando lo fui a esperar al Aeroparque, en muestra de agradecimiento por el operativo y la validez de mi afirmación en la llamada. Porqué Bordón efectivamente ganó esa interna y fue el candidato a Presidente por el Frepaso.»

Las técnicas que permiten anticipar la tendencia de los resultados electorales al recuento físico de los votos se han puesto de moda. Boca de urnas y proyecciones permiten vislumbrar resultados y confirmar –o no- las encuestas de intención de voto con las que, con las mejores y peores intenciones, se trata de informar o influir en el voto del ciudadano. Sin embargo, en la década del ´80, el uso de estas herramientas en las manos de los partidos políticos, distaba mucho de obtener resultados eficaces a la hora de anticipar tendencias. En mi doble carácter de informático y militante del justicialismo de la Ciudad de Buenos Aires, tuve la oportunidad de organizar un sistema de cómputo que permitió conocer anticipadamente los resultados en varias elecciones, con un nivel de exactitud nunca alcanzado hasta ese momento.
En 1985 se aproximaban las elecciones a diputados nacionales. El presidente el Partido Justicialista Metropolitano, donde yo participaba, era Carlos Grosso, que se presentaba a esa elección junto al gremialista Roberto Digón y a Miguel Ángel Toma. Teniendo en cuenta mi condición de informático, las autoridades del partido me pidieron que tratara de organizar un sistema que permitiera obtener, en forma anticipada y con un bajo margen de error, una tendencia cierta de los resultados electorales de la Ciudad de Buenos Aires.
El matutino Clarín reflejó la exactitud de la proyección que realizamos en la página 7 de su edición del lunes 4 de noviembre. Con la firma de Ricardo Roa, publicó que “era una proyección partidaria del escrutinio, sobre la base de los resultados de dos mesas – femenina y masculina- de las veintiocho circunscripciones… (que) estimaba el caudal final en el 26%…”. El resultado final fue 25,21%. Repetimos el operativo en las elecciones de 1987 y en las presidenciales de 1989, en todos los casos con la misma eficacia.
Años después, en 1995, organicé un operativo electoral similar, en ocasión de las elecciones internas del Frepaso, el espacio político constituido para enfrentar la reelección de Carlos Menem como presidente de los argentinos. En esa ocasión competían para la candidatura presidencial opositora José Octavio “Pilo” Bordón y Carlos “Chacho” Álvarez.